Resulta que hoy es el día de la mujer emprendedora y yo con estos pelos. Qué raro yo acordándome siempre tarde de todo...Pero como más vale tarde que nunca y como a menudo me preguntáis por mi historia aprovecho para contaros un poquito mi experiencia y cómo papá Noel me ayudó.
Lo cierto es que en un primer
momento lo de ser emprendedora no fue algo que decidiera yo, más bien me vi “empujada” a hacerlo.
Os pongo en contexto, yo acabé mi carrera de ADE y estuve casi un
año trabajando en el departamento de marketing de una multinacional.
Al acabar mis prácticas me quedé un poco lost y cada vez tenía más claro que
el mundo de las oficinas y lo de ser un "tiburoncillo empresarial" no
iba mucho conmigo. Hacía entrevistas cada vez más desmoralizada y en uno de esos
días de aburrimiento rescaté unas acuarelas que tenía por casa y me puse a hacer garabatos.
Aquellas navidades, papá Noel me hizo un encargo muy especial. Una
ilustración personalizada. Y no os voy a engañar, viéndola con perspectiva aquella no es
la mejor ilustración que he hecho en mi vida (hacía escasos días que había empezado
a dibujar con tableta gráfica...) pero sí es una de las que
recuerdo con mayor cariño.
A raíz de ahí empecé a aprender por mi cuenta, me abrí un blog, me
vi todos los tutoriales de Photoshop que hay en YouTube, creé una "imagen
de marca", empecé a subir dibujos diarios a Instagram... En
definitiva, di bastante la turra (¡y más que espero seguir dándola!)
Por aquel entonces pensaba (y de vez en cuando lo sigo pensando)
que no hay nadie que represente mejor el concepto "anti-emprendedora"
que yo. Nunca he sido una de esas chicas “echadas p’alante”, soy más bien tímida
y discreta. Pero a veces no queda otra que sacudirnos los miedos e ir a por todas.
Y es por eso que decidí empezar a tomarme en serio y a enamorarme (más aún) de mi proyecto @itsanamarin, y con mi breve, pero intensa experiencia os he preparado una mini-lista con algunos puntos
clave para emprender y no morir en el intento:
1. Enamórate de tu idea. Valórate, cree en ti y
en tu proyecto.
2. No pierdas nunca la
pasión y el entusiasmo, porque al final eres solo tú el/la que tiene que
defender el proyecto con uñas y dientes. Y es precisamente esa pasión la que te
ayudará a sacarlo adelante y te dará la motivación para no tirar la toalla.
3. Aléjate de las personas
negativas/tóxicas que te dirán cosas como “¿Y si buscas un trabajo de verdad?”,
“Es difícil que consigas vivir de lo que te gusta, solo triunfan unos pocos que
tienen suerte”. Pasa de esa gente, no saben que el mundo es de los valientes y
de los que tenemos ilusiones. Aprovecha las críticas para venirte arriba y decirte
a ti mismo/a “Mira como lo hago, cohone”.
4. Sé positivo/a. Aleja también
de tu cabeza los pensamientos negativos. IDEM que el punto anterior.
5. Apóyate en amigos y familiares que crean en ti. Cuando algún pensamiento negativo cruce tu mente, habla con esa gente que cree en ti, te harán reflexionar y te recordarán por qué empezaste esta locura.
5. Empieza como puedas y con
lo que puedas, pero empieza. Evita excusas como “no tengo suficiente dinero
para invertir”, “no tengo seguidores en RRSS”, “no sé cómo vender” ... Aquí la
frase done is better than perfect me viene
al pelo. Hazlo, aunque no sea la pera limonera, pero hazlo. Una vez te hayas
lanzado ya veremos luego cómo capeamos el temporal.
6. Beyoncé no se creó en un día. No sientas vergüenza de la etapa en la que estás, nadie empezó teniendo 1.000,
10.000 o 50.000 seguidores en RRSS (a no ser que seas una ratilla compra-followers, lo
cual es MAL), por lo que intenta no compararte con gente que lleva muchos más
años que tú en el camino de emprender. Todos algún día hemos empezado de 0, y todos hemos cometido errores (esto de las meteduras de gamba da para otro post) pero lo
importante es empezar.
Y, por último, rómpete
los cuernos. Invierte muchas horas, trabaja duro, dale forma con mucho mimo... Te darás cuenta que a menudo aquellos que alcanzan sus sueños, no son los que han tenido más suerte,
si no los que más han currado. Porque cuando algo te apasiona no hay excusas, ni
horas extra, ni “tiempo libre”, a menudo no hay ni fines de semana… Hay pasión,
esfuerzo y entusiasmo por alcanzar lo que un día soñaste desde tu habitación rodeada de cajas e ilusiones.
Os dejo ya por hoy, no sin antes compartir el dibujo del día y así es como voy a terminarme el cafelín que me hice para escribir este post, tumbada en cama de relax, que hasta mañana no es lunes.
¡Gracias por estar ahí!
Ana.